SÍNCOPE
Según un estudio reciente, el calor extremo es más frecuente y entraña más riesgos para la salud al principio del verano. Ese peligro se da sobre todo en las primeras 24/48 horas de una temperatura muy alta, en las que se incrementa la frecuencia ele los golpes de calor, un síncope producido porque el cuerpo no es capaz de regular su temperatura. En realidad, evitarlo es sencillo siguiendo unas pautas
DIETA
Lo principal es mantenerse hidratado, y esto supone beber aunque no se tenga sed, sobre todo agua v bebidas isotónicas, o especialmente si vas a la playa o a la montaña. Hay que evitar el alcohol y las bebidas con cafeína o azúcar en exceso Tampoco son recomendables los líquidos muy calientes o muy fríos. A la hora de comer, elige una dieta mediterránea rica en verduras, fruta fresca, abundantes ensaladas, gazpachos y zumos, ensaladas, gazpachos y zumos, y con más pescado que carne. Es recomendable tomar alimentos asados o hervidos antes que frituras.
HÁBITOS
En la prevención del golpe de calor también es importante guardar unos mínimos hábitos, la mayoría lógicos: en los días en los que hay muchos grados hay que permanecer en lugares frescos, a la sombra o con aire acondicionado, evitar las actividades en el exterior en las horas más calurosas (sobre todo deporte), usar ropa holgada y cómoda de algodón en colores claros, mojarse con frecuencia (ducha, piscina, mar) y bajar las persianas evitando la entrada directa del sol en las casas.
PROTECCIÓN
Si no hay más remedio que exponerse al sol, por ejemplo por trabajo (socorrista, policía), “será necesario reducir la exposición en las horas de máximo calor, con sombrero o toldos, beber abundantemente, mojarse la piel con frecuencia y llevar ropa cómoda y ligera”, concluye Juan Carlos Moltalvá.